El rito del exorcismo, hoy en día es considerado por las
personas y por muchos clérigos como un mito medieval, que la iglesia creó para
imprimir miedo o superstición en la gente. Pero es precisamente este desinterés
o desinformación por parte de clérigos y laicos lo que hace del exorcismo un
tabú.
Es triste ver a sacerdotes que no creen en la acción del
demonio, porque piensan que lo que las personas padecen es puro desorden psicológico.
Negándoles la ayuda o canalización a sacerdotes exorcistas.
Dejando a la deriva a estas personas que viajan kilómetros y
kilómetros para ayuda espiritual, a la vez denota por parte de los clérigos que
no creen una ignorancia eclesiástica, teologal y evangélica, pues ignoran los documentos que la Santa Madre
Iglesia ha redactado acerca de esta pastoral de liberación (exorcismo), y de la
misma palabra de Dios (la Sagrada Escritura) donde se muestra la acción maléfica
de satanás y los diversos demonios para perdición de los hijos de Dios.
Sin embargo sigue habiendo sacerdotes que ejercen este
sacramental del exorcismo para ayuda de las personas que lo padecen y la
iglesia universal los respalda con el Magisterio, Derecho Canónico, Documentos
pontificios y el más importante la Biblia (Sagrada Escritura).
El exorcismo no es solo un mito, sino una realidad palpable
hoy en día, curiosamente en pleno siglo XXI, la influencia diabólica y las
posesiones van creciendo de una manera alarmante en los diferentes continentes
del mundo.
A la vez la Santa Madre Iglesia guiada por la acción del
Espíritu Santo suscita personas preparadas para dicha pastoral, tanto
sacerdotes, como laicos comprometidos.
¿Pero que es el exorcismo?
Es un sacramental, según el canon 1166 del actual Códice del Derecho Canónico, es un signo sagrado
que por medio del cual la iglesia obtiene efectos espirituales, realizado por
un Obispo o sacerdote para la liberación de la persona poseída.
El
rito está estructurado de modo celebrativo que inicia con la señal de la cruz, la proclamación de la
Palabra de Dios, las letanías de los santos, la aspersión con agua bendita, la
profesión de fe, la imposición de las manos, la renuncia a Satanás, la
recitación de la oración del Señor, la bendición con la cruz, la insuflación y
las oraciones propias de exorcismo y concluye con la bendición.
Algunas de
estas partes se podrían omitir. El rito está publicado por la Congregación del
Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos en el año 2001.
Este rito aunque es un
sacramental no lo puede realizar cualquier persona, solo un sacerdote que tenga
la autorización del ordinario del lugar (Obispo) o por el propio Ordinario.
Sin embargo el Sacerdote
exorcista puede ser auxiliado por personas laicas, es decir, personas como tú o
como yo, pero que deben tener una preparación espiritual y que estén en estado
de gracia.
Desde mi experiencia, puedo
decir que es una pastoral difícil y agotadora, que conlleva una preparación
espiritual cuotidiana, es decir, las personas que se dedican a ello deben tener
en cuenta lo siguiente: deben ser personas que frecuenten la confesión, la
Eucaristía, que se esfuercen por llevar una vida coherente, de oración, ayuno,
penitencia, deben ser personas piadosas, prudentes, y conscientes de que uno sólo
es un siervo de Dios que ora para que sea Él que libere a la persona poseída. Porque
sólo Dios puede hacerle frente al demonio.
Muchas personas muestran
curiosidad por este fenómeno y otras miedo ante él, pero la realidad es que no
debemos acercarnos a esta pastoral por estos motivos sino como servicio que
haces a tu hermano que sufre, con humildad.
Cierto es que la primera vez
que ayudas a esta pastoral de liberación te entra un poco de miedo al ver
diversas reacciones de las personas poseídas. Recuerdo que la primera vez que
ayude en un exorcismo la persona que estaba sentada en el centro de la capilla
se veía normal en un principio pero cuando el padre comenzó con el rito cambio
su voz, ya no era normal sino terrorífica, mostrando una fuerza superior a la
normal y una mirada diabólica.
Conforme vas colaborando en
esta pastoral te das cuenta que no debes temer, al contrario esto debe de
ayudar a crecer en lo espiritual y sobre todo a reforzar tu fe en Cristo
Salvador.
Es un misterio, pues no se sabe
cómo ni cuándo se manifestara el demonio, es decir, cuando el padre comienza con
el exorcismo algunos demonios no se manifiestas en primis sino después de un
cierto tiempo u otros no lo hacen; unos se manifiestan de forma brusca,
violenta, otros solo blasfeman o maldicen a Dios Uno y Trino (Padre, Hijo y Espíritu
Santo), a la Virgen, Santos y a la Iglesia.
Yo pensaba que bastaba con un
solo exorcismo como lo veía en las películas, sin embrago no es así, pueden
tardar días, meses, incluso años para que la persona quede liberada, y no se
trata de que sí el sacerdote hace bien su trabajo o no, se trata de un misterio
que solo Dios sabe el momento de la liberación. Aquí cabe mencionar que muchas
veces las personas que son poseídas no es porque Dios quiera su sufrimiento,
sino por: brujería, una maldición verdadera echa por padres o familiares, un
maleficio, por participar de misas negras o ritos satánicos; por personas que
ofrecen a dicha persona, es decir, muchas veces las personas poseídas no lo están
porque ellas hayan hecho un pacto o algo por el estilo con el demonio, lo están
por terceros, por familiares que las ofrecen al demonio.
En el tiempo que llevo he visto
sin fin de personas que se acercan al padre exorcista para pedir su ayuda, provenientes
de diversos lugares, con diversos problemas.
Hay una variedad de demonios y
su actuación es diversa. Recuerdo que una vez el demonio se manifestó y decía “que
eran tantos que oscurecerían el cielo por completo”, realmente alarmante,
pues quiere decir que nosotros mismos les hemos dado fuerza con nuestro
proceder.
Otra ocasión recuerdo que decía
el mismo demonio: “que si los cristianos supiéramos el valor de la oración ellos no existirían
más”.
En conclusión, debemos preocuparnos
por este fenómeno sobrenatural, investigando, informándonos, pero no de charlatanes,
sino de la Madre Iglesia para tener en cuenta la acción maléfica del demonio y también
para acrecentar nuestra fe, confianza en el único que puede hacerle frente Dios Uno y Trino junto con nuestra Santísima Virgen María.
Debemos por tanto reforzar
nuestra oración y pedir por aquellos que se dedican a esta pastoral de liberación,
pero sobre todo por nuestros hermanos que lo padecen.
Así, que vean esta interesante
entrevista al padre Amorth, exorcista oficial del Vaticano.
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