lunes, 5 de agosto de 2013

CONFLICTO ENTRE LOS TRINITARIOS Y MERCEDARIOS

CONFLICTO.
Curia general
La Orden Ntra. Sra. De la Merced fue fundada en Barcelona por San Pedro de Nolasco el año 1218 para redimir cautivos. En los primeros tiempos se llamó también de Santa Eulalia por el título de su primera casa, y que Gregorio IX dirige su bula de confirmación (17 enero 1235): Al Maestre y frailes de la casa de Santa Eulalia de Barcelona.
Como la redención de cautivos suponía dinero, éste va a ser el causante de las discordias entre las dos Ordenes Redentoras. Ya el 13 de abril de 1256 el arzobispo de Tarragona, Benito Rocaberti, dirigió una carta a los Obispos y a los fieles de su provincia ordenando que “los legados para redención se entreguen siempre a los mercedarios, si el testador no dispuso que fueran dados a los Trinitarios. Es el documento más antiguo que conozco-escribe Guillermo Vázquez-donde se indique el rozamiento de las dos Ordenes redentoras.
En 1317 la Merced dejó su carácter militar y cambio de régimen, eligiendo como maestro general a un clérigo (todos los anteriores habían sido laicos), que reunió en una sola persona el gobierno espiritual y temporal de la Orden. Este cambio acercó la figura del mercedario a la del trinitario, motivando así más frecuentes roces, al ser hora ambas Ordenes clericales en su gobierno y en la mayoría de sus miembros.
Para mayor claridad trataré por separado los conflictos que hubo exponiéndolos cada uno por semana:
1.       En Francia.
2.       En Aragón.
3.       En Castilla.
4.       En Vizcaya.
5.       En Navarra.
 
1. Conflictos en Francia.
Predominio de los Trinitarios.
Gaguín escribe, con frase poco clara, que el general Pedro de Bourry (1358-73) tuvo algunas controversias con los frailes de la Merced.
El siguiente general, Juan de Lamarche (1374-92), que cuidó particularmente la redención de cautivos y su colecta de limosnas, llamó ante sí a fray García, ministro de Burgos, que le informó de cómo dichos religiosos ponían trabas a su labor; y para que se defendiese le mostró los privilegios de la Orden. Un siglo más tarde el mismo Gaguín entabló una dura lucha contra la Merced y escribió una diatriba en prosa y verso excitando a los Prelados del Norte contra los mercedarios, que eran de origen español y llevaban sobre el pecho las armas del rey de Aragón.
En diciembre de 1489, al tener que desplazarse a Inglaterra para una embajada, se dio una prórroga a este proceso, que debió ganar, sin duda. Por parte de los mercedarios llevó el pleito en París Jaime de Vera, comendador de Perpiñán, al que mandó indemnizar el capítulo de 1493, repartiendo los gastos entre los doce conventos mercedarios que había en Francia.
En 1515 fundaron éstos en París un colegio, que tuvo una vida difícil; y en 29 de noviembre del mismo año Francisco I les autorizó a pedir limosnas en toda Francia y a recorrerla con cautivos o sin ellos. Ante la oposición de los trinitarios, en 8 enero 1527 el mismo rey confirmó y amplió las antedichas facultades a los mercedarios.
Sin embargo, el 19 de abril de 1547, Enrique II prohibió a los religiosos de Santa Eulalia de la Merced en Cataluña…, fundados por reyes de Aragón, entremeterse en las colectas de limosnas para cautivos en nuestro reino de Francia.
En cambio, el Parlamento de Toulouse, sesenta años más tarde, mantiene al síndico de la Merced en la facultad de colectar limosnas y recibir legados, aunque sin impedir a los trinitarios el mismo derecho, a condición de que observaran la división de sus bienes en tres partes según su regla (12 enero 1606).
En vano, el 27 febrero de 1604, Francois Petit había presentado una súplica al parlamento de Toulouse para avocar el proceso al consejo. El 18 abril 1608 este decreto de Toulouse fue anulado en el consejo de Estado por no haber guardado el derecho al requerimiento de Francois Petit.
“si se recuerda hasta qué punto había caído en desuso la separación de la tercera parte de las rentas para cautivos, se comprenderá que la represión del Parlamento de Toulouse había parecido a los trinitarios un poco amenazante”. El 11 septiembre 1610 el consejo de Estado proveyó un auto contradictorio manteniendo a los trinitarios el derecho de cuestar por todas partes de Francia; los mercedarios podrían continuar pidiendo en los lugares de Francia donde tenían conventos, a condición de rescatar preferentemente cautivos franceses y no llevar, ”divertir ni mezclar” este dinero con el de los rescates de España.
En 1613 la regente María de Médicis llamó a los mercedarios a París; y esta segunda fundación parisina fortaleció mucho la posición de los mercedarios, a quienes el Consejo en 24 Julio 1636 encargó una redención de cautivos en Sales (Marruecos).
Continuara…
Tomado de: Libertad a los cautivos, de Fr. Bonifacio Porres Alonso.
 

FRAY RAFAEL DE SAN JUAN (II)

Meditaciones Trinitarias
Este sabio y humilde religioso trinitario descalzo procedía de la Villa de Ochagavia en el reino de Navarra.
Tomó el hábito en el convento de Pamplona el 9 de febrero de 1636. Verdaderamente se revistió con las virtudes que se practicaban en aquella santa casa. Fue considerado como perteneciente al grupo de los santos religiosos del comienzo de la reforma.
Hizo grandes progresos en la oración. Fruto de su contemplación y de sus experiencias místicas es el precioso libro, por él escrito, que lleva por título camino real de la perfección cristiana. En dicho libro, como experto maestro, muestra varias sendas que se pueden seguir para alcanzar la perfección, por medio del trato con Dios en la oración. Esta afición por la oración no le impedía ser alegre, risueño, diciendo a veces sus chancicas modestas y graciosas. Era un hombre sencillo y transparente.
En cuanto a la pobreza, fue tanta la estima que de ella tenía que en el vestir, cuando fueron a mortajarle, tuvieron que buscar otro hábito mejor que el suyo, pues ni para ir a la tumba valía.
En la ciencia no se quedaba atrás. Fue renombrado teólogo, moralista y especialista en Derecho Canónico. Removió y revisó cantidad de documentos para probar el derecho de los Descalzos para dedicarse a la redención de cautivos.
En el terreno moral luchó contra los teólogos anti probabilistas, que en su tiempo abundaban mucho. Toda esta ciencia la adquirió en una continua dedicación al estudio. A pesar de poseer tanta ciencia, nunca hizo alarde de ella. Incluso, para disimular, en  varias ocasiones, solía proponer a religiosos de mediana inteligencia algunas dudas muy comunes, como dando a entender que él no alcanzaba a resolverlas.
Por sus cualidades y virtudes, fue propuesto para diversos cargos en la Descalcez. En todos era aceptado por unanimidad. Así ejerció, muy a pesar suyo, todos los oficios de Maestro, Definidor, Redentor de cautivos y Ministro General. A todo renunciaba. El año 1692 fue elegido Ministro General. Tanto fue su empeño en renunciar, que al cabo de un año, se le admitió la renuncia.
Finalmente, amado por lo0s religiosos, admirado por los doctores y maestros, venerado por los fieles, después de 68 años de vida religiosa, murió, como un héroe, en el convento de Madrid, el 23 de febrero de 1703 a la edad de 86 años.
Escribió:
  1. De la Redención de cautivos. misión propia de la Orden dela Sma. Trinidad.
  2. Camino real de la perfección cristiana.
  3. Regula morum cum crisi de probabilitate, ex actibus humanis, ex conscientia et praeceptis in communi desumpta.
  4. De electione canonica Praelatorum regularium.

Tomado de: Espigando en el patrimonio trinitario, del P. Fr. José Hernández Sánchez. O.SS.T