DOS MUNDOS EN INTERACCIÓN
Aciprensa |
En la actualidad el ser humano ha
expandido su conocimiento a un nivel que hace apenas unos cincuenta era solo
inimaginable (ficción), en diversos campos como la tecnología, buscando
respuestas a muchas interrogantes de su vida.
Hoy en día podemos decir que su
búsqueda ha trascendido fuera del propio planeta, es decir, al universo para
buscar vida en otros planetas, se han hecho diversas hipótesis respecto a ello, para los científicos como para
los demás es emocionante el poder descubrir la existencia de otro mundo en
donde haya personas iguales o superiores a nosotros en todos los ámbitos, es
decir, una sociedad similar a la nuestra.
Tanto es su interés en este
ámbito que incluso se han hecho películas, se han escrito libros, y demás
respecto a dicho interés de encontrar el hilo negro, en otras palabras en
encontrar un mundo diverso al nuestro.
Sin embargo, solo se han
encontrado nuevos planetas, pero no vida y por tanto no una sociedad fuera de
nuestro planeta tierra, cierto es que en un universo tan inmenso cabe la
posibilidad de que existan dichos mundos, aunque por el momento no se ha
demostrado nada concreto, solo hipótesis y solo eso.
Lo curioso es que el hombre de hoy teniendo tantos avances en
tecnología, su conocimiento de la verdad
es decadente, pues busca mundos y por tanto una sociedad diversa a la nuestra
en el espacio exterior (universo) cuando en nuestro propio planeta tierra
existe un mundo, una sociedad diferente a la nuestra, pero desconocida e
indiferente para la gran mayoría de las personas.
Este mundo es tan hermético que
el acceso a él es muy limitado o casi imposible, por otro lado sus habitantes
tienen una fisionomía muy similar a la nuestra, es decir, algunos son delgados,
gordos, pequeños, altos, morenos, negros, blancos, etc.
En este mundo también tienen
costumbres y creencias muy similares a las que conocemos nosotros. Empero
existen diversas diferencias a las nuestras, por ejemplo: los institutos para
la educación científica, filosófica, teológica y demás no existen en este
mundo, lo cual no quiere decir, que no hagan filosofía, teología, ciencia, etc.
Otro de las diferencias es que en
este mundo existen dos sociedades muy marcadas e incomunicadas casi siempre,
una compuesta por solo habitantes de
género masculino y otra por solo
habitantes de género femenino. Se diferencian además por su vestimenta, usan un
tipo como de ropa pero todo de un solo color, en algunas sociedades los hay de
color anaranjado, rayados, azules, blancos, cafés, etc.
En sus sociedades existe una solo
ley, la cual en nuestro mundo la conocemos por “la ley del más fuerte” claro
que con sus variantes a las nuestras, es decir, aunque existe esta ley que para
nuestro mundo es un poco primitiva o salvaje, para el otro mundo es indispensable
y con un profundo tinte comunista, pero una verdadera hermandad o enemistad,
que en cualquiera de las dos formas se ejercitan al cien por ciento en los
habitantes de este mundo.
Cabe señalar que pese que en este
mundo las creencias son tan variantes existe en ellos una unidad única, que ya
quisiera este mundo nuestro poseerlo.
En este mundo las categorías como
inocente-culpable, cristiano-judío, profesionista-ignorante, y demás, no
existen, pues todos son igual en estas sociedades.
Por todo esto, el acceso a este
mundo es casi imposible para el hombre de nuestro mundo, se debe sin duda en
mayor escala a la ignorancia de su existencia que tenemos de él, a los niveles
de seguridad en los portales y sin duda alguna al miedo que tenemos a lo desconocido.
Pero lo más sorprendente, es que
hay personas de nuestro mundo, de nuestras sociedades, que van y vienen todos
los días entre los dos mundos, de una manera tan normal que dan miedo.
Sí, hay personas que aventajan a
los grandes literatos y científicos e incluso a los grandes teólogos y
filósofos de las cátedras de nuestro mundo, por el simple hecho de que han
descubierto este otro mundo, pero más porque han sabido entablar una relación
con los otros habitantes e incluso han forjado lazos de amistad, es decir, son
una especie de mensajeros entre los dos mundos,
que sin duda es benéfico para la comprensión de ambas partes.
Se podría pensar que estos
hombres son por ello más doctos que los antes mencionados o que son una especie
de súper hombres, pero no es así, son hombres normales como la mayoría de todos
nosotros, solo que nos han aventajado en el ir y venir de ambos mundos y por
tanto se han convertido en mensajeros.
Ahora bien, podríamos sin duda
alguna plantearnos tres preguntas de interés, la primera sería ¿Cuál es el
nombre de dicho mundo?; la segunda ¿Cuál es el nombre de los habitantes del
nuevo mundo? Y la tercera ¿Cuáles son estos mensajeros, estos hombres, que van
y vienen en los dos mundos?
Bien, el mundo desconocido,
indiferente y por ende misterioso para nosotros, se llama cárcel, penal o
prisión; los nombres de dichos habitantes son en forma general presos,
encarcelados, reclusos y cautivos. Que son discriminados por las sociedades y
por ello, por el hombre actual, al grado de parecernos casi casi
extraterrestres, seres de otro mundo.
La cárcel se ha convertido en un
mundo ficticio para nosotros, al punto de que el acceso a ella es casi
imposible, no porque lo sea en realidad, sino por los prejuicios, por miedo,
por ignorancia y demás, claro que se debe también a la seguridad que se tienen
en los penales.
La respuesta a la tercera
pregunta de quienes son los mensajeros, son
las personas laicas que dan asistencia social a los presos en diferentes
áreas, medica, moral, penal, etc. Sin embargo los verdaderos mensajeros son
personas, que al igual que los presos son desconocidos e incluso discriminados
por la gran mayoría de las personas, son “los sacerdotes”.
Sí, mensajeros, que van y vienen,
llevando consuelos, esperanza, luz, alegría, incluso cartas, recados, fotos, y
demás, para los presos que viven en soledad, en decadencia en aspectos,
médicos, académicos, económicos, etc.
En conclusión, hemos hecho de las
cárceles mundos diversos al nuestro aunque se encuentren en el mismo planeta
tierra, hemos denigrado, ignorado, prejuzgado a las personas que habitan las
cárceles (cautivos) a tal punto que los hemos convertido en seres diversos, es
decir, les hemos quitado inconsciente o conscientemente la dignidad de humano.
En cuanto a los sacerdotes y laicos que día con día trabajan en las cárceles,
lamentablemente se les ignora la gran labor que ejercitan, y que sin duda es a
mi parecer más heroica y digna de reconocimiento que cualquier otra cosa, al
grado que deberían hacer más películas de este gran trabajo, que de ficción,
escribir más libros de la vida real de los presos y de los que trabajan con
ellos, que de novelas ilusionistas o de superación personal o incluso de
hipótesis científicas.
¿Y tú, conoces la realidad de los
presos, de los sacerdotes y personas que laboran con ellos o solo la ficción
que el mundo actual propone? “de ti depende”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario