domingo, 14 de julio de 2013

LOS MENSAJEROS DE DOS MUNDOS

 DOS MUNDOS EN INTERACCIÓN
Aciprensa
 
En la actualidad el ser humano ha expandido su conocimiento a un nivel que hace apenas unos cincuenta era solo inimaginable (ficción), en diversos campos como la tecnología, buscando respuestas a muchas interrogantes de su vida.
Hoy en día podemos decir que su búsqueda ha trascendido fuera del propio planeta, es decir, al universo para buscar vida en otros planetas, se han hecho diversas hipótesis  respecto a ello, para los científicos como para los demás es emocionante el poder descubrir la existencia de otro mundo en donde haya personas iguales o superiores a nosotros en todos los ámbitos, es decir, una sociedad similar a la nuestra.
Tanto es su interés en este ámbito que incluso se han hecho películas, se han escrito libros, y demás respecto a dicho interés de encontrar el hilo negro, en otras palabras en encontrar un mundo diverso al nuestro.
Sin embargo, solo se han encontrado nuevos planetas, pero no vida y por tanto no una sociedad fuera de nuestro planeta tierra, cierto es que en un universo tan inmenso cabe la posibilidad de que existan dichos mundos, aunque por el momento no se ha demostrado nada concreto, solo hipótesis y solo eso.
Lo curioso es que  el hombre de hoy teniendo tantos avances en tecnología,  su conocimiento de la verdad es decadente, pues busca mundos y por tanto una sociedad diversa a la nuestra en el espacio exterior (universo) cuando en nuestro propio planeta tierra existe un mundo, una sociedad diferente a la nuestra, pero desconocida e indiferente para la gran mayoría de las personas.
Este mundo es tan hermético que el acceso a él es muy limitado o casi imposible, por otro lado sus habitantes tienen una fisionomía muy similar a la nuestra, es decir, algunos son delgados, gordos, pequeños, altos, morenos, negros, blancos, etc.
En este mundo también tienen costumbres y creencias muy similares a las que conocemos nosotros. Empero existen diversas diferencias a las nuestras, por ejemplo: los institutos para la educación científica, filosófica, teológica y demás no existen en este mundo, lo cual no quiere decir, que no hagan filosofía, teología, ciencia, etc.
Otro de las diferencias es que en este mundo existen dos sociedades muy marcadas e incomunicadas casi siempre, una compuesta por  solo habitantes de género masculino y otra  por solo habitantes de género femenino. Se diferencian además por su vestimenta, usan un tipo como de ropa pero todo de un solo color, en algunas sociedades los hay de color anaranjado, rayados, azules, blancos, cafés, etc.
En sus sociedades existe una solo ley, la cual en nuestro mundo la conocemos por “la ley del más fuerte” claro que con sus variantes a las nuestras, es decir, aunque existe esta ley que para nuestro mundo es un poco primitiva o salvaje, para el otro mundo es indispensable y con un profundo tinte comunista, pero una verdadera hermandad o enemistad, que en cualquiera de las dos formas se ejercitan al cien por ciento en los habitantes de este mundo.
Cabe señalar que pese que en este mundo las creencias son tan variantes existe en ellos una unidad única, que ya quisiera este mundo nuestro poseerlo.
En este mundo las categorías como inocente-culpable, cristiano-judío, profesionista-ignorante, y demás, no existen, pues todos son igual en estas sociedades.
Por todo esto, el acceso a este mundo es casi imposible para el hombre de nuestro mundo, se debe sin duda en mayor escala a la ignorancia de su existencia que tenemos de él, a los niveles de seguridad en los portales y sin duda alguna al miedo que tenemos a lo desconocido.
Pero lo más sorprendente, es que hay personas de nuestro mundo, de nuestras sociedades, que van y vienen todos los días entre los dos mundos, de una manera tan normal que dan miedo.
Sí, hay personas que aventajan a los grandes literatos y científicos e incluso a los grandes teólogos y filósofos de las cátedras de nuestro mundo, por el simple hecho de que han descubierto este otro mundo, pero más porque han sabido entablar una relación con los otros habitantes e incluso han forjado lazos de amistad, es decir, son una especie de mensajeros entre los dos mundos,  que sin duda es benéfico para la comprensión de ambas partes.
Se podría pensar que estos hombres son por ello más doctos que los antes mencionados o que son una especie de súper hombres, pero no es así, son hombres normales como la mayoría de todos nosotros, solo que nos han aventajado en el ir y venir de ambos mundos y por tanto se han convertido en mensajeros.
Ahora bien, podríamos sin duda alguna plantearnos tres preguntas de interés, la primera sería ¿Cuál es el nombre de dicho mundo?; la segunda ¿Cuál es el nombre de los habitantes del nuevo mundo? Y la tercera ¿Cuáles son estos mensajeros, estos hombres, que van y vienen en los dos mundos?
Bien, el mundo desconocido, indiferente y por ende misterioso para nosotros, se llama cárcel, penal o prisión; los nombres de dichos habitantes son en forma general presos, encarcelados, reclusos y cautivos. Que son discriminados por las sociedades y por ello, por el hombre actual, al grado de parecernos casi casi extraterrestres, seres de otro mundo.
 
La cárcel se ha convertido en un mundo ficticio para nosotros, al punto de que el acceso a ella es casi imposible, no porque lo sea en realidad, sino por los prejuicios, por miedo, por ignorancia y demás, claro que se debe también a la seguridad que se tienen en los penales.
La respuesta a la tercera pregunta de quienes son los mensajeros, son  las personas laicas que dan asistencia social a los presos en diferentes áreas, medica, moral, penal, etc. Sin embargo los verdaderos mensajeros son personas, que al igual que los presos son desconocidos e incluso discriminados por la gran mayoría de las personas, son “los sacerdotes”.
Sí, mensajeros, que van y vienen, llevando consuelos, esperanza, luz, alegría, incluso cartas, recados, fotos, y demás, para los presos que viven en soledad, en decadencia en aspectos, médicos, académicos, económicos, etc.
En conclusión, hemos hecho de las cárceles mundos diversos al nuestro aunque se encuentren en el mismo planeta tierra, hemos denigrado, ignorado, prejuzgado a las personas que habitan las cárceles (cautivos) a tal punto que los hemos convertido en seres diversos, es decir, les hemos quitado inconsciente o conscientemente la dignidad de humano. En cuanto a los sacerdotes y laicos que día con día trabajan en las cárceles, lamentablemente se les ignora la gran labor que ejercitan, y que sin duda es a mi parecer más heroica y digna de reconocimiento que cualquier otra cosa, al grado que deberían hacer más películas de este gran trabajo, que de ficción, escribir más libros de la vida real de los presos y de los que trabajan con ellos, que de novelas ilusionistas o de superación personal o incluso de hipótesis científicas. 
¿Y tú, conoces la realidad de los presos, de los sacerdotes y personas que laboran con ellos o solo la ficción que el mundo actual propone? “de ti depende”.

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