miércoles, 5 de junio de 2013


MONSEÑOR. LUIS DE CÓRDOBA Y RONQUILLO.

Aciprensa
Obispo de Cartagena (Colombia), y Arzobispo de Santo Domingo.

Nació en Granada. Tomó el hábito trinitario en el convento de Ubeda. Se dice que, cuando era estudiante, ya predijo las etapas de su vida: novicio, profeso, profesor, licenciado, doctor, ministro, Obispo.

Ciertamente que demostró tener mucho celo por la observancia regular, y se esforzó por progresar en las virtudes.

Su progresión en los cargos comenzó con el ministerio de la casa de Málaga, luego Ministro Provincial, Visitador General, Ministro de Sevilla y Obispo de Cartagena (Colombia) en 1630. Trabajó por mejorar la iglesia Catedral y las otras parroquias de la ciudad.
 
 

Dio normas claras para extirpar las malas costumbres que reinaban en su diócesis. Se ocupó de la suerte de la población de color, que estaba muy marginada.

En un viaje que hizo a España, fue propuesto por el rey Felipe IV para el arzobispado de Trujillo, en Santo Domingo, pero mientras esperaba las cartas del Papa, le sorprendió la enfermedad y la muerte. Recibió devotamente los sacramentos y, cuando le leían el Evangelio, al llegar a las palabras: “inclinando su cabeza expiró”, él también entregó su alma al Creador. Era el 16 de noviembre de 1640.

Fue enterrado en Granadas. Treinta y tres años más tarde, al realizar algunos trabajos en la casa, descubrieron su tumba y vieron que su cuerpo estaba incorrupto. Parecía que dormía y sus vestidos estaban brillantes, limpios, como nuevos.

Tomado de: Espigando en el patrimonio trinitario, del P. fray José Hernández Sánchez. O.SS.T

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